Mañana me quedan 200 millas hasta Cannes, atravesar el Golfo de León con sus mistrales y tramuntanas y todo de través.
En este momento, atracado en el puerto de Roses, con los motores de los pesqueros en marcha. -Seguro que la radio dirá: " sin novedad en el Golfo de León." -Espero que acierte.-
La última noche que navegamos, mantenía vivas mis divagaciones. Forrado hasta los ojos y aferrado, paseaba con mis pensamientos por cubierta.
Terminan las estrellas y comienza a parpadear nuestro viejo y señor, D. Lorenzo.
Por la proa Cabo San Sebastian. Llamo al marinero y me tumbo cerca de la caña con una manta. Dos horas después, con mata y todo el frio es intenso.
Recalada conocida y con la radio para informarme, cambiamos a rumbo, sur de Marsella. El viento comienza a bajar de intensidad pero la mar nos come. Damos motor, mayor a bajo y dejo trinqueta y mesana. Los pantocazos son muy desagradables. Fuera trinqueta y con motor y mesana.
La cocina un escándalo de cacharros que componen sus propia melodía. Así que con esta mar que nos engulle, proa para Rosas y a esperar.
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